«Es todo corazón», dicen la mayoría de las personas que conocen a Jesús Domínguez, que fue homenajeado el jueves por el Consejo del Mayor de Cáceres por su trayectoría altruista. Este empresario nacido en Tornavacas en 1944, padre de tres hijos, es un hombre hecho a si mismo, batallador, sincero y convencido de que siempre hay que procurar «ser útil a la sociedad».
Afirma que ser voluntario es ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, sin cobrar nada a cambio. Y es así como ha ejercido su labor como presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Cáceres, en la que empezó hace 48 años «porque el portero de una vivienda se estaba muriendo y y no había sangre. Cogía todo el prersonal que había ahí y me lo llevé a donar bolsas. Ahí empezó mi trayectoría».
También ha demostrado su generosidad en su colaboración con el Proyecto Hombre, con la asociación Extremeña de Empresarios de Auxilio en Carretera y colaborando con el Banco de Alimentos de Cáceres. Es creador de la veterana campaña solidaria «operación Patata», en la que asegura Domínguez que comenzó «haciendo lo que Pnacho Villa, que robaba a los ricos para darselo a los pobres. Pero yo se lo pedía, no se lo robaba.»
Solidaridad en estado puro. Un ejemplo a seguir.